viernes, 9 de septiembre de 2011

Filosofía

Ok, este precioso fragmento (todo el poema) va dedicado a mi amadisima maestra de filosofía. Puede que parezca algo agrio (es hiel pura), pero es únicamente porque, a menos de que quiera que me suspendan, no puedo decírselo... Probablemente lloraría.  
En fin... Ahí va.


“Yo la condeno por la aberración y osadía de tan insustancial cátedra que da, vinculada con lo lozano de su madurez mental. Rectificar es algo que no puede hacer, porque carece de audacia para aceptar su equivocación, además de un pensamiento concreto y facilidad de comprender. Y el encono dentro de mí se multiplica al oírla porfiar en las mismas vanidades, ya que su mente coartada no da para más.” 

Filosofía… que desgracia en mi vida.

Filosofar, filosofar, filosofar…
¿A quién rayos le va a importar?
Sea semejante ‘pendejada’
la que nos imponen de la nada.

Como si al mundo le importara que pensamos
o a nosotros que pensaron,
o como si disfrutáramos ventaneándonos
… Bueno, sólo cuando es sin recato.

Pero díganme por favor ¿Qué es filosofar?
No es una ciencia exacta, ni una realidad,
es sólo una forma de perder el tiempo
aparentando tener algo en que pensar.

¡Hagamos más soñadores que quieran cambiar su realidad!
Mientras que su vida diaria de mierda no va a pasar.
Y tal vez tenga merito el usar la imaginación,
pero tratar de adivinar qué pensaron, es cosa de aberración.

Deberíamos estudiar la historia de Aristóteles y Platón
que intentaban comprender los hechos de su vida,
no como nosotros que aprendemos lo que alguien ‘pensó’
y nos asfixiamos entre ‘amor y sabiduría’.

“¿Con que lentes ves la vida?” Eso no le incumbe señora,
esa opinión es sólo mía y no tengo por qué responder.
Opiniones personales, no vienen en mis exámenes,
porque ¿sabe? Yo física quiero ser.

Y es tan inútil la filosofía… o la maestra tal vez,
que se escuda en otras ciencias, que sí son de interés.
Y se la pasa contando anécdotas vivenciales,
porque la señora amigos no ha de tener.

Háganos un favor a nosotros y a la vida,
y deje de intentar una cátedra ofrecer,
porque por personas como usted, que no saben lo que hablan 
muchos, de la filosofía, detestamos saber.

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