sábado, 27 de agosto de 2011

Si yo fuera un pájaro


Si yo fuera un pájaro.

Levantas la cabeza del papel que tienes enfrente, y te olvidas de que estás en medio de una clase importante, ¿Qué importancia tiene la clase?, ninguna, te respondes fijando la vista en el cielo azul que se ve a través de la ventana. Un cielo azul sin nubes. Y entonces te preguntas: ¿Qué pasaría si yo fuera un pájaro?  

Te dices que si fueras un pájaro, podrías por fin salir de aquí, podrías volar feliz; si fueras un pájaro, no tendrías nada por lo cual sufrir… si fueras un pájaro serías, tú, libre al fin. 

Te embelesa el solo pensamiento de verte surcar el cielo, de sentir de frente el viento, de tener en tu pecho el sentimiento, de que todo es perfecto, que puedes volar más allá del tiempo, y poder sentir en tus alas el matiz del sol eterno.   

-Si yo fuera un pájaro – piensas sonriendo – podría escapar de aquí, podría por fin ser feliz; si fuera yo un pájaro…podría estar junto a ti.

Si fueras un pájaro, ni el más grande océano valdría, no abría cielo que no surcarías, no abría lugar al que no irías, tus alas por el cielo te guiarían, todo el mundo visitarías. Si fueras un pájaro, lo primero, es que de tu jaula escaparías.

Te permites un poco de tiempo más, te dices que no hay nada más hermoso que volar, y te escapas de nuevo de  la realidad, te escapas hacia el cielo azul, y te olvidas de tu jaula de cristal, te das el privilegio de soñar… antes de que recuerdes que no tienes alas en verdad.
Cierras los ojos y regresas al papel, ya casi se acaba la clase, la tienes que a tender; jugueteas con el bolígrafo en tu mano y sueltas un suspiro cansado.

-Si yo fuera un pájaro, estaría a tu lado –susurra mientras haces un corazón alado.